HEIDI ANDERSEN Y LA VIDA DE CUALQUIERA

A veces resulta un reto hablar de las obras recibidas. Pero nos sentimos en la responsabilidad de, en la medida de nuestras posibilidades, dedicar un tiempo a difundir y mostrar lo que nos va llegando. Y más, si las obras la firman algunas de las artistas que ya han colaborado en otras ocasiones con nuestras Convocatorias, como es el caso de Heidi Andersen.



Desde USA nos ha enviado esta acuarela para MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS:


Como la mayoría de las obras, en vivo y en directo, entre las manos, cobra una belleza y emoción que es muy difícil trasmitir. Sin embargo, y por pura casualidad, esta semana hemos publicado en otro blog que mantenemos un poema que, quizás, pueda ayudarnos a entender parte de esta obra. Nos referimos al poema de Tirso Priscilo Vallecillos García Una niña cuenta una historia. Su poema es el siguiente:

Una niña cuenta que tiene que huir por la guerra
escapa de hombres que cortan cabezas
y camina desde Motril a Almería.
Cinco años tiene y duerme a la intemperie
las bombas llegan desde la costa
cuando puede se esconde en una cueva
en el camino se encuentra a una mujer muerta
que todavía amamanta a un bebé.


La niña que cuenta su historia ahora es anciana
y tú la escuchas mientras conduces
dice: “Qué túnel tan hermoso
si hay una guerra ven aquí a protegerte”.
En este preciso instante a ti solo te preocupa
el chaparrón que te cae por dentro.


Parece que por fin comprendes
que cualquier historia podría ser tu historia.

Ya lo hemos comentado en el blog y podéis leer nuestro comentario aquí. Así que para no repetirme solo quiero añadir un pequeño análisis de la obra desde este poema. Bajo nuestro punto de vista, las figuras de espalda que huyen, que buscan su camino con lo puesto, con la fatiga propia del destierro, enfrentándose al obstáculo de las fronteras que no les deja pasar ni encontrar otra vida más amable, nos están mirando a los ojos de nuestra indiferencia. Ese poema ya estaba escrito en 1937 y lo que ha hecho Andersen ocurrió ya en España, pero también ocurre hoy en las fronteras de Estados Unidos. Y, sin embargo, nosotros tendremos qué comprender que su historia, como dice el poema, podría ser la nuestra. Y, de hecho, lo es. Porque la niña que cuenta esa historia, existe. Y puede ser una hermana, una tía, tu madre o tu abuela, pero también la hija que todavía no tenemos. 
Si olvidamos e ignoramos la historia, estamos condenados a repetirla, dicen que sentenció Cicerón hace muchos siglos. Andersen con sus pinceles y sus colores y Tirso con sus palabras nos muestran que el peligro de las fronteras nos puede afectar a cualquiera. Y no podemos volverles la espalda ni dejar que se vayan y desaparezcan de la postal, de nuestras vidas, sin más. El esfuerzo de enviar desde tan lejos una postal tan preciosista merece que nosotros aprovechemos su obra para pensar más allá de las fronteras.

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