HOLOGRAFÍA Y MAIL ART: APRENDER A MIRAR CON PEPE BUITRAGO
En la última entrada de este blog (¿QUIÉN ES PEPE BUITRAGO? DESDE EL DESCONOCIMIENTO), hablamos con sinceridad desde nuestra más absoluta ignorancia sobre el envío de Buitrago. De hecho, como cualquiera puede imaginar, poco he podido profundizar en la holografía como técnica artística. Para los que quieran acercarse a ella, dejamos el enlace de su página (pincha aquí) donde se aclara, entre otras cosas, lo siguiente:
La holografía, como la fotografía, es una técnica que
produce una imagen en una película. Pero el método utilizado para la grabación
es completamente distinto. Una fotografía crea una imagen bidimensional del
objeto y la imagen que vemos grabada en el papel o en el negativo se
corresponde con un único punto de vista inamovible.
En un holograma, por el contrario, queda registrada toda la
información visual procedente del objeto, su entorno y el espacio en que está.
Esto quiere decir que es tridimensional, o mejor dicho, multidimensional. Al
moverte delante de un holograma irás viendo un ángulo diferente de ese espacio
y de ese objeto.
Y, con ayuda de una luz halógena, pudimos ver en esta imagen otra cosa:
No sin dificultad, no sin probar mil enfoques, no sin reconocer que el sello de correos lo hacía todo más complicado, hemos descubierto, en letras de color verde, tridimensionales, el siguiente texto:
Ante el instante____________ Lo demás___________ El ser_____
La ¿verdad?___________ Al revés___
Palabras___________ Nunca________________ Siempre
Nada__________ Ahora_________________________
El silencio____________ La voz____________ Lo desconocido
_______ ¿Y ahora?____________ Una enorme esfera_________
________ El mundo______________ Terriblemente igual______
Ya lo ve usted______________ ¿O tal vez no?
Pero además, en el centro, como una mágica aparición, el bloque terráqueo, que parecía moverse para impedir la lectura anterior. Reconocemos que tal vez algo se nos escape de ese texto. No solo por el sello, sino más bien por nuestra impaciencia, por el estado emocional que hemos experimentado al barruntar, de lejos, este mundo de la holografía aplicada al mail art.
Todavía estoy en estado de shock, me parece incluso haber experimentado ciertas sensaciones del síndrome que describió Stendhal, el estrés del viajero en Florencia. Porque además, no puedo dejar de pensar en el múltiple diálogo que se establece entre el ocultamiento, la negrura y la textura de la imagen primera con el texto anterior. La lírica del texto, así como su significado y su doble juego con el inexperto espectador que soy ("ya lo ve usted"). Ese mismo texto con la imagen de la tierra y con la posición del espectador que mira a través de la luz halógena un mundo inesperado, aunque familiar, un mundo nuevo y distinto.
Y, sin embargo, no acaba aquí la obra de arte. Porque todo lo anterior y otros análisis que la prisa no me deja reposar aún, guarda una relación con la otra cara. El revés de la postal:
No es extraño que Pepe Buitrago, para explicar qué es la holografía, se acuerde del texto de Octavio Paz:
[…] el pliegue universal. El doblez que, al desdoblarse, revela
no la unidad sino la dualidad […] el pliegue, al descubrir lo que oculta,
esconde lo que descubre […] es lo que une a los dos opuestos sin jamás
fundirlos, a igual distancia de la unidad y de la pluralidad
Gracias, Pepe Buitrago, por la clase magistral.
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