¿CÓMO MEDIR EL VOLUMEN DE UNA OBRA DE MAIL ART?
De nuevo os traemos un testimonio sobre una obra que refleja otra toma de posición muy concreta y personal. La obra se considera dentro del mail art como un ejemplo de envío con volumen, del que hablamos ya aquí en otra entrada (pincha aquí). Aunque la autora de la misma la mandó de manera anónima (un gesto muy repetido, en nuestra Convocatoria, porque suponemos que resulta para los mailartistas más interesante la obra en sí que su nombre), hemos podido obtener un texto de su parte para que nos ilumine sobre lo que hay detrás del mismo. Y es que a menudo las personas ajenas a este tipo de experiencia artísitca miran con un cierto distanciamiento y frivolidad iniciativas de este tipo. Sin embargo, detrás de cada una, hay una historia personal, una apuesta artísitca y existencial muy determinada, como en este caso. Queremos pensar que cada obra guarda cierto paralelismo con la situación de los refugiados, algunas veces, desde este lado del muro, otras, poniéndose en la piel de los que están en el otro lado. Y otras, en fin, tenemos la suerte de conocer la posición de personas que han ido y venido de uno y otro lado.
La obra es la siguiente:
Y ahora os dejamos con sus palabras:
Cuando comencé a pensar en qué crear, me centré en mi
experiencia como voluntaria en Atenas y mi rabia y odio hacia la UE y su
hipocresía, su fascismo y su cinismo. Pero después de unos días desarrollando
una idea sobre estos temas, sentí que no quería usar esta oportunidad para
expresar esa violencia y rabia que este sistema represivo e inhumano despierta
en mí. Preferí dedicar la obra a la solidaridad entre los pueblos, e ignorar
conscientemente a los Estados asesinos y las estructuras de poder asfixiantes.
Preferí hablar de la humanidad que aún prevalece, y de la hermandad entre
pueblos oprimidos que resisten. Por ello, quise coger prestado un lema
zapatista “para todxs, todo”, como muestra de esa hermandad entre pueblos que
luchan, y que no se callan. Que saben qué es lo verdaderamente importante: la
preservación de la tierra y los ríos, la posibilidad de cultivar para producir
comida, la seguridad que da un techo sobre nuestras cabezas, la justicia, la
paz, la libertad y la solidaridad, imprescindibles para un buen vivir. Quise
recordar a aquellxs que construyen vida, en horizontal: con sus vecinxs, sus
familias, sus comunidades, sus pueblos.
La consigna
“refugiadxs urgente”me llevó a pensar en qué es lo más necesario para que
florezca la vida, la paz, la seguridad de los seres humanos. De éstos seres
humanos obligados por la violencia y el miedo (provocados por unos cuantos
hombres poderosos) a abandonar su hogar y sus vidas. Y pensé en la tierra, las
personas que huyen del infierno de la guerra, que huyen porque lo que hasta
entonces era su hogar ahora es el lugar más peligroso que conocen, buscan
tierra, necesitan la tierra. Tierra fértil y amable donde asentarse, donde
vivir, donde cultivar y ver crecer una vida buena y segura. Una tierra que no
pertenece a los Estados ni los organismos internacionales que la
compartimentan, la reparten y la alambran. Una tierra que no pertenece a nadie,
y por eso es de todxs. Dinamitemos sus fortalezas de alambre y miedo, y
ofrezcamos aquello más puro y útil que no poseemos: compartamos la tierra.
Otra vez el compromiso, la solidaridad, la generosidad que sirvió para hacerse voluntaria y con la que ha demostrado qué tipo de persona es, le sirve para realizar su mail art. La entrega, la autenticidad, la radicalidad de Aurora Medrano (que así se llama la artista) provoca una tesis legítima que el sentido común siente como evidente y que solo la ceguera de nuestro primer mundo se niega a aceptar.
Gracias a este tipo de historias personales que sustentan y fundamentan las obras de mail art aprendemos todos sobre los posibles modos de crear conciencia mediante el arte y el ejemplo personal. Y todo ello, aportando la experiencia de sus otros viajes, lo que ha aprendido en el gran libro del mundo.
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