BELLEZA Y MELANCOLÍA. TRES OBRAS DE MARÍA FERNANDA BELZA.

Aunque este blog no está concebido como un manual de arte, ni nosotros tenemos capacidad para hacer algo que se acerque a esa intención, sí queremos aprovechar algunos casos para conocer, aunque sea de manera somera, algunas de las técnicas a las que han recurrido los mailartistas. Os presentamos en esta entrada los tres trabajos de la argentina María Fernanda Belza (el envío, además, también nos llegó Carlos Mustto, tanto monta, monta tanto...). Primero una postal como la siguiente:

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Que ya por si sola merecería toda nuestra atención, porque se completa en su interior con la siguiente parte:

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Por lo poco que sabemos, podemos afirmar que en el trabajo el recurso del agua o del disolvente que haya usado marca el modo de acercarnos a esas figuras de espalda que parecen recorrer el viaje a ninguna parte, en clara alusión al tema de nuestra Convocatoria. El resto de la doble página en blanco refuerza la idea de soledad con la que enfrentan su situación. Una imagen desgarradora, por tanto.

Sin embargo, Belza profundiza en esta técnica, pero trabajando con un soporte nuevo, una tela y quizá con otra tinta distinta. Veamos:

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Si ampliamos la imagen o sostenemos en nuestras manos esta obra, la tela elegida despierta otras sensaciones que profundizan en la tristeza, apenas matizada del rostro de la imagen. Las letras, tal vez de plantilla, que conforman la palabra REFUGIADO, parecen cosidas en la propia tela, por lo que la aspereza de la imagen en conjunto refuerza esas sombras en la obra que estamos contemplando.

Por último, la artista nos envía un tercer trabajo para completar su generosa aportación a nuestra Convocatoria:

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La misma técnica, en otro soporte, con otro tipo de papel, y también recurriendo a esa plantilla con el mismo efecto que en el anterior. En fin, otro trabajo magnífico por su parte, no exento de cierta melancolía o desazón ante la realidad que muestra María Fernanda Belza. 

Espero que al ampliar la imagen podáis ver los detalles que mi torpeza y mi ignorancia han intentado completar al espectador de estas obras tan elocuentes y, por qué no decirlo, tan bellas también.