CARTEL OFICIAL DE LA IV CONVOCATORIA: EN EL ORIGEN FUE EL CALIGRAMA

 “El ojo no ve cosas sino figuras de cosas que significan otras cosas”. 
Italo Calvino, Las Ciudades Invisibles.
 Las ciudades y los signos. 1


Decía Félix Morales Prado en su antología de Poesía experimental española (1963-2004), que “la primera regla para leer un poema experimental radica en situarse ante él borrando de la mente todos los prejuicios adquiridos acerca de lo que debe ser la poesía” (pág. 129). Esta forma de entender la creación, la escritura y la lectura tiene ya más de un siglo, un lugar común que, sin embargo, todavía nos cuesta transitar en los centros educativos y fuera de ellos.

Rafael de Cózar, en su monumental Poesía e Imagen, nos mostraba las formas difíciles del Ingenio Literario que han existido siempre y que recorre la historia de la literatura paralelamente a la oficial: "El huevo" o "Alas"de Simmias; las carmina figurata en la época latina clásica; la época cristiana con el alemán Rábano Mauro y su tratado sobre la cruz en De laudibus Sanctae  Crucis; las Micrografías de Abulafia y el esoterismo árabe o hebreo; los laberintos, los acrósticos de todas las épocas; los jeroglíficos o los emblemas... En fin, formas literarias que preludian los caligramas de la poesía experimental a partir del cubismo, el futurismo en la época de las vanguardias artísticas. 

En la obra de esta IV Convocatoria, Edu Barbero hace un homenaje directo al inicio de las vanguardias. Somos conscientes que al analizar el cartel oficial de Edu Barbero cometemos una contradicción: el intento de verbalizar o escribir sobre su trabajo, anula precisamente la renovación o la revolución del lenguaje poético que surgió hace más de cien años con Apollinaire, Mallarmé, Marinetti y, por supuesto con Huidobro y sus poemas pintados.  Y es que, el principal elemento del cartel es un caligrama. El catedrático Bartolomé Ferrando, entre otros, reconoce ese origen de la poesía visual en el concretismo: “un modo de hacer poético en el que la palabra quedaba aislada del discurso escrito. La palabra, en la poesía concreta, se mostraba como un cuerpo independiente liberado de la sintaxis de la frase” (en De la poesía visual al arte de acción, 2014, pág. 57). 

Ese cuerpo independiente tiene, en la obra de Edu Barbero, el contorno de una ciudad hecha con los libros del autor homenajeado: Italo Calvino. Una ciudad hecha de palabras, una ciudad que podría estar en el catálogo, a su vez, de la lista de Las Ciudades Invisibles que conforman el magnífico libro de Calvino. Edu Barbero explora los signos, como han hecho los poetas visuales, y su obra es como Tamara; explora los nombres de los libros de Calvino y es como Aglaura; nos insta a mirar de otra manera y entonces nos encontramos en Valdrada; pero también, en su obra, hay ciudades escondidas que crecen a la imaginación como Olinda... 

Se miente quién cree que un caligrama es un simple juego de componer imágenes con letras o palabras. Belén Gaché lo explicaba en un texto para la muestra un mar de palabras. Sostenía lo siguiente: 

Muchas de estas poéticas rompen con la lógica representativa, mimética, alegórica de la lengua y se convierten en una escritura-materia, a una escritura-imagen. De una escritura descriptiva devienen una escritura concreta.

La dimensión visual le aporta al signo un quiebre que lo enrarece y lo duplica: letra-imagen, iluminación-sombra, negro de la tipografía-blanco de la página con el mismo estatuto significante, legibilidad-ilegibilidad, código-lo que se le escapa al código, lo incodificable. La dimensión visual vuelve al signo flotante, libre y abierto en sus juegos. La poesía experimental apunta al problema de la lectura y al problema del sentido. Busca demoler la estructura simbólica de un orden social cimentado durante siglos.

Hay que ir más lejos por tanto, cuando vemos un caligrama. El espectador, si lo quiere, puede trasladarse en el caso que nos ocupa a una ciudad construida con letras. Las letras forman palabras y oraciones, forman calles y edificios de una ciudad repleta de cientos de historias, las que ha contado en sus obras Calvino. Y para ello, hay que leer a Calvino. El cartel es una invitación a ello.

Por último, y como siempre, creando una identidad que ya tomamos como propia, el cartel  nos ofrece mantiene el mismo aire de familia de las dos anteriores convocatorias: referencias al dadaísmo, un corte clásico y vanguardista a la vez, y las alusiones a los sellos de artista o la relación con el carácter educativo de la Convocatoria. Nada más y nada menos.

Agradecemos desde aquí la colaboración desinteresada de Edu Barbero con nuestra iniciativa y sabemos que muchos de los éxitos de la Convocatoria se lo debemos a él. Podéis conocer más sobre su trabajo en:  https://www.edubarbero.com/. Por cierto, esta obra debería estar en todos los Departamentos de Lengua y Literatura para que el alumnado recuerde con exactitud todas las figuras retóricas que existen: https://www.edubarbero.com/figuras-retoricas-visuales




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