VASOS COMUNICANTES: IRINA NOVIKOVA Y VÂNIA M. CARVALHO
La primera desde la Republica de Bielorrusia con un trabajo espectacular. En sus trabajos suele mezclar acuarela, tinta, acrílico, témpera, según quiera buscar la opacidad de los colores o darles más luz.
Sus primeras obras tenían como temática principal especies raras o en vías de extinción. Dibujos en que desarrollaba líneas completas, cargadas de simbolismos. Y, de alguna manera, en su envío, podemos rastrear las huellas de ese mundo interior que los rostros desvelan. Esas miradas perdidas vuelan hacia un lugar no conocido, no exento de miedo o melancolía. Los dibujos muestran lo que la palabra quiere hacer invisible.
Y desde el otro extremo del mundo, hemos recibido el mismo día (7 de diciembre), curiosamente, una obra paisajística que vincula misteriosamente los trabajos de Novikova con los de Carvalho:
Pensamos entonces en esos vasos comunicantes que el poeta André Bretón, después de su Segundo Manifiesto surrealista, defendía como una articulación entre lo real y lo surreal, representando un mismo nivel comunicable, que lograría vincular lo que se percibe en la vigilia y las realidades oníricas. Hecho que se posibilita aún más, si, visitando la página oficial de la artista brasileña (http://artelivro.blogspot.com/), nos encontramos con algunos de sus poemas. Como por ejemplo este:
O NADA É
Nada é espera
tudo passa
nada é incierto
tudo passa
nada é reto
tudo passa
nada é prece
tudo passa
nada é eterno
tudo se confirma
Todo cobra sentido, todo parece casual, como un milagro, como la magia que recorre nuestras vidas interiores de ciudades invisibles, mediante la palabra (in)visible...
Magníficos trabajos desde dos zonas tan alejadas desde el punto de vista geográfico, dos obras que se encuentran unidas por el arte en una pequeña localidad como la nuestra. Sin duda alguna, al observarlas, se aprecia una cierta conexión sensorial entre ambas, una misma intención comunicadora, una intención comunicativa que supera fronteras a través del arte, de la imagen, de la palabra (in)visible. Palabra que se alza flameante, o tal vez, llena de espinas hirientes sobre las brumas y el humo de la incertidumbre, del fuego, del miedo a lo incierto, a lo invisible. En definitiva, dos obras que nos invitan, sin duda, a la reflexión. Un placer contar con ellas en nuestra convocatoria. Gracias.
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