IR CONTRACORRIENTE: EL ARTE POVERA Y LÍRICO DEL FRANCÉS DE LA CASINIERE

 


Aunque no es la primer vez que hablamos del arte povera en este blog, cada vez que recibimos una obra de este tipo, nos empeñamos en mostrar las posibilidades del mail art en las aulas. Porque obra de Nicolás de la Casiniere encarna de manera ejemplar los principios del arte povera —un movimiento que reivindica la sencillez, los materiales cotidianos y la creación al margen de los circuitos artísticos tradicionales—, planteando una ruptura con las formas habituales de la producción artística.

Sobre un cartón desgajado, símbolo en sí mismo de lo marginal y lo efímero, Casiniere construye un collage que fusiona fragmentos de realidad: recortes de periódicos, hilos sueltos, telas desgastadas y acuarela aplicada con el dedo, un gesto primitivo y personal que devuelve la creación al origen del arte como acto humano auténtico, corporal. La palabra "Poetry", construida a partir de letras diseminadas y ambiguas, se entrelaza con signos de interrogación o con el símbolo del infinito, lo que sugiere que la poesía no es una respuesta cerrada, sino una búsqueda constante a la que estamos abocados.

Esta obra, bajo nuestro punto de vista, contra corriente, se cuestiona los excesos del consumismo y la artificialidad en el arte contemporáneo. En su minimalismo material, resuena una necesidad de resistencia poética: recuperar el valor de lo imperfecto, lo desgarrado y lo vivido. Porque lo que aprecia es la vida de un artista que es capaz, desde Francia, estar atento a una convocatoria como la nuestra para formar parte de nuestra iniciativa. Nada más y nada menos.

Viendo la obra, no podemos si no recordar el poema No fingir de José Carlos Rosales. Ambos parten del acto de desgajarse, de romper con lo establecido para seguir un camino propio. El protagonista del poema abandona el grupo para no fingir ni traficar con mapas o mentiras, del mismo modo que Casiniere abandona el uso de materiales convencionales y métodos académicos para crear su obra. El resultado no es lineal ni tranquilizador: se vive al margen del camino, en una búsqueda que ni avanza ni retrocede, una especie de inmovilidad creativa, como la interrogación o el infinito presentes en la obra de Casiniere.

Este diálogo entre poesía visual y poesía escrita defiende la necesidad de salir del grupo, rechazar la uniformidad y las respuestas fáciles. Tanto el poema como la obra invitan a la reflexión crítica y a la autenticidad, valores fundamentales en el arte contemporáneo y en proyectos como la V Convocatoria de Mail Art en la Escuela, que lo que pretenden es romper los esquemas mentales del alumnado y del profesorado. Aquí, el acto de desgajarse no implica perderse, sino atreverse a habitar otros espacios donde la poesía —como palabra, signo y gesto— se convierte en resistencia.

Nicolás de la Casiniere nos recuerda, a través de los principios del arte povera, que el arte no necesita grandeza material para transmitir. En un simple cartón, un símbolo universal de lo cotidiano y desechable, encontramos una obra que se desgaja del grupo y nos enfrenta con preguntas esenciales: ¿qué es poesía?, ¿dónde se encuentra?, ¿cuánto vale la autenticidad en un mundo de artificios? Como en el poema, la verdadera creación se sitúa “al margen del camino”, en una búsqueda inagotable que nunca termina. Son cosas que pasan cuando se apuesta por el arte, por el mail art como detonante de ideas, sensaciones y sentimientos en el aula. 




En el reverso de la postal, por cierto, el hecho de tachar su nombre, el dibujo manchado y el carboncillo, nos hace pensar también en la labor tan importante de los trabajadores de Correos. ¿Qué pensarán en los distintos procesos de distribución de ambos países al ver una postal de este tipo? Hay mucha belleza en la idea de pensar que una obra así, marginal, incomprensible para muchas personas, llegue a nuestros centros educativos para que se valore como se merece. En eso estamos los organizadores de la Convocatoria, intentando hacer pedagogía y mostrar que otra forma de entender el arte, la creación, la poesía, la vida es posible.

Comentarios

  1. Manuel Calvarro Sánchez23 de diciembre de 2024, 9:21

    Que necesidad tiene laEscuela, así, con mayúscula, de profesores como este “tristeprofesor” para que de una vez el alumnado pudiera tener las bases para ser propietarios de unas mentes críticas, alejadas de los formalismos convencionales que atenazan la educación y la formación en este país.
    Para intentar enseñar a entender el Arte, las distintas corrientes artísticas, como algo vivo y en continua evolución, como una escalera que sólo pueda ser subida si se han interiorizado los peldaños, que por el hecho de ser pisados en la ascensión van abriendo las mentes para únicamente de este modo “entender “ los siguientes.
    Si las pinturas prehistóricas pueden ser ya entendidas como arte( yo lo dudo) estas quedarían en la base de esa escalera, al final, supongo que estaría todo lo conceptual, imposible de entender si no se recorre completa.
    Cada vez que leo un comentario de este tristeprofesor de filosofía me alegro de que se dedique a la enseñanza.
    Seguro que el alumnado que pasa por sus aulas sale impregnado de esa brea imposible de quitar, incluso con agua hirviendo.

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    1. Gracias por tu comentario, Manuel, quedo abrumado por tus palabras. Yo solo aspiro, como triste profesor de Filosofía, llegar a ser un día maestro. Tu comentario me da fuerzas para continuar intentándolo.
      Un abrazo desde la campiña sevillana.

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